jueves, 11 de febrero de 2010

Los últimos de la fila se rebelan

Perdonad este largo tiempo sin escribir, a mi situación laboral se le unieron otras cuántas situaciones personales y una desesperante pelea con varios operadores de telefonía, que prefiero olvidar. Pero sólo hay una cosa peor en un blog que no se actualice y es, pedir excusas por ello, así que voy a entrar en faena rápidamente.

Poniéndome al día de cosas atrasadas estuve hojeando las revistas que mensualmente me hace llegar Médicos sin fronteras y me encontré con un artículo, en su número de noviembre 2009 titulado como esta entrada: "Los últimos de la fila se rebelan", en el que se hablaba de buscar un nuevo modelo de I+D basado en necesidades y no en beneficios. Por supuesto el artículo iba dirigido a las empresas farmacéuticas que frenaban las investigaciones para enfermedades "no rentables" y que desde las ONGs califican de "enfermedades olvidadas". Para ello han iniciado una campaña para que dejen de ser olvidados y se piense en ellos, se investigue sobre esas enfermedades y se mitiguen. Todo lo relativo a esa campaña puedes encontrarlo en: www.yonolvido.org.

Pero esto que aquí se focaliza, es algo mucho más amplio, es lo que se denomina el retorno social de la I+D. ¿En qué se investiga? ¿Para qué se investiga? ¿Quién saca ventaja de esa I+D? ¿Quién decide qué se investiga? Sobre este concepto estuvimos hablando el año pasado en varios cursos, dentro de la organización UGT, impartidos por el catedrático de la Universidad de Vigo, Javier Ares. Creo que es un concepto muy importante, especialmente en países como España donde se destinan grandísimas partidas de dinero público en gastos de I+D, que no está suficientemente supervisado ni controlado. Pero este asunto tan terrenal y material, mucho me temo que nos lo quieran hacer creer como utópico... Y volvemos a lo de siempre, ¿qué es la democracia? ¿Qué es el bien común?, etc, etc, etc...

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